viernes, 27 de marzo de 2009

Encaramarse al seto en el laberinto y ver la salida

El pasado mes de enero se cerró con 3.3 millones de parados, tras sumar 198.838 desde diciembre, según fuentes del Instituto Nacional de Empleo. Los niveles de paro alcanzados son históricos, y el incremento del último mes es el más alto en 13 años.

A pesar de las cifras paralizantes y los datos abrumadores, hay motivos para pensar que superaremos esta crisis financiera internacional. Moisés Naím, en un artículo publicado por El País el pasado 1 de febrero, enumera las que él considera que son sus cinco razones para el optimismo.
· En primer lugar, realiza una metáfora entre un infarto y la crisis mundial. Al salir de este trance, adoptará nuevos y saludables hábitos.
· Nueva clase política. Tras este crash económico vendrá un crash político, asegura Naím, y gran parte de los gobiernos tendrán que cambiar, forzosamente, su manera de hacer las cosas.
· Nuevos líderes. Con Barack Obama como estandarte, vendrán nuevos dirigentes con ideas frescas y ganas de hacer las cosas de un modo totalmente distinto.
· Hay más innovación que nunca, lo cual abrirá nuevas vías, nuevas oportunidades para abordar la crisis y superarla
· Moisés Naím para concluir afirma que somos más generosos que nunca. Internet ha contribuido a reforzar la filantropía y las nuevas generaciones están mucho más concienciadas que antes. La crisis aumentará la emergencia por hacer algo.

Estamos viviendo momentos de gran incertidumbre. Empiezan a abundar en nuestro país las familias con todos sus miembros en paro, las fábricas cierran, los pisos no se venden. Los bancos, que antes concedían alegremente hipotecas basura a quien se le pusiera por delante ahora cierran el grifo de manera contundente. Las ayudas no llegan o son insuficientes.
La economía mundial parece desmoronarse ante nuestros ojos y nosotros no podemos hacer otra cosa que lanzar gritos de "Yo sabía que esto iba a acabar mal". La cosa está fea, muy fea. Pero es el momento de elegir sacar pecho y superar esta parálisis económica mundial. Puede que una buena manera de concluir este artículo sería con un enunciado del mismo Naím: "Estos argumentos, repito, son fáciles de defender y no constituyen mayor reto intelectual. Lo difícil es buscar razones válidas para ser optimistas. Difícil, sí, pero indispensable. Intentémoslo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario