lunes, 22 de noviembre de 2010

Hábitos que cambian

Odio decir esto, pero los hábitos de consumo cambian para todos (menos para mi madre)
Aparatoso discman en el bolso + guardacedés de doraimon, ahora escucho todo en streaming.
Ardiente apologeta de los libros, ahora tengo un kindle. Y tan campante.
Y ahora... ahora me doy cuenta que si mi libretilla-no-la-llamaré-diario coge polvo en los estantes no le puedo echar toda la culpa a la pereza. Es que me siento algo perdida si mi interfaz no está compuesta por teclas y símbolos. El horror vacui es mucho más atroz cuando se trata de una hoja de papel que cuando es un doc word. Tras ocho horas sentada delante de un pc, algo tenía que influir, digo yo. Qué maravilla cortar, pegar, sustituir, componer frases sueltas y luego ensamblarlas, alterar el orden de letras, todo sin emborronar, sin alterar el fluir de los pensamientos.
Que creo que voy a empezar a escribir aquí más a menudo, vaya